jueves, 23 de octubre de 2014

Primeras comuniones


Jesús nos invita a su mesa junto a los mayores
 
Observaciones. El objetivo es que los niños participen gozosamente de la Eucaristía. Habrá que intentar, por tanto, que se centren todo lo posible en la celebración, evitando que se distraigan con un excesivo movimiento tanto de ellos mismos como de fotógrafos, cámaras, etc.
La participación de los niños y mayores en lecturas y ofrendas ha de estar bien preparada y ensayada de forma que cada cual sepa cuándo y dónde debe intervenir y se evite el nerviosismo y el estar más pendientes de su actuación que de la celebración en sí.
Da una gran serenidad el saber que hay una persona, por ejemplo, la catequista, que se encarga de avisar, acompañar, poner el micrófono adecuadamente, y que incluso tiene una copia de todo lo que hay que leer, y da a cada uno en su momento la ofrenda o lo que tenga que llevar. Es como el maestro de ceremonias que coordina e indica los movimientos de todos en cada momento preciso.
Reunión previa. Consideramos imprescindible una reunión previa con los padres, hijos y catequistas para aclarar el aspecto organizativo. Quince minutos para dar un pequeño repaso-charla sobre el sentido de la eucaristía en la vida de un cristiano.
El resto para ponerse de acuerdo en los otros detalles: flores y adorno de la iglesia, reserva de puestos para las familias, voluntarios para lecturas y ofrendas, fotógrafo que se va a encargar de las instantáneas oficiales y momentos de su actuación, acuerdo total para que los familiares reserven sus cámaras exclusivamente para antes de comenzar o después de acabar la celebración, etc.

Se termina con un ensayo en el lugar de la celebración, durante el cual se explica el modo de comulgar que se tiene pensado para que los padres estén junto a sus hijos en ese momento, pero esperando ellos a comulgar, si lo desean, mezclados con la asamblea para respetar la libertad al máximo. Insistir en la buena dicción de los lectores, continuando el ensayo con ellos solos si es preciso.
El lugar para los niños, dependiendo del número naturalmente, puede ser el semicírculo detrás del altar, a derecha e izquierda del sacerdote; o la grada ante la escalinata del altar, con lo cual tienen siempre el altar de frente y no se distraen con la gente de la nave.

No hay comentarios:

Publicar un comentario